jueves, 7 de abril de 2011

Capítulo 6

Sentí como mi corazón se desgarraba, no entendía porque me dolía tanto. Solo pensaba en que ni siquiera éramos una pareja y que el tenia la libertad de hacer lo que quisiera.
¿A esto se refería mi sueño? Que tendré un cuento de hadas pero Alexander no será como se dice ''mi príncipe azul''.
Veía como las parejas pasaban felizmente a mi lado agarrados de la mano, Alexander solo me miraba mientras las lágrimas maquillaban mis mejillas.
El no me decía nada y yo no hallaba las palabras para decirle lo que sentía. Solo me puse de pie, y me fui lentamente dejando todo sin decirle nada.
Al llegar a mi edificio, note que en el área de la piscina no había nadie, entre allí y me senté en las sillas de bronceado, puse el teléfono de un lado, me quite el sweater, y las sandalias de flor, quedando en un short y una camisa de cuadritos, de color azul y blanco. Me levante de la silla, mientras caminaba sentía las piedritas del suelo en la planta de mi pie. Parada al frente de la piscina, observando mi reflejo en el agua.
Me sumergí, al hundirme en el agua, cerré los ojos, todo era raro, los momentos que había tenido junto a Alexander me venían a la mente. Hasta que llego un momento en el que mi respiración no aguantaba ni un segundo mas dentro del agua, al subirme sentí una voz muy conocida preguntarme:
-¿Sabes que te va a dar un resfriado por entrar al agua a estas horas de la noche?
Al voltear, note que era Santiago.
¿Qué haces aquí? Le pregunte.
-Me fascina tu manera de recibir a las visitas. Respondió
El no noto que estaba llorando, no entendía el porque si mis ojos estaban muy rojos, o quizás solo pensó que era el cloro del agua.
Se sentó en posición india en el borde de la piscina y me dijo:
-No tengo las llaves para entrar a mi casa, llame a mis padres y me dijeron que esperara acá, así que aquí estoy. Por cierto creo que es de cortesía atender a las visitas o quizás sea alrevez porque presiento que te dará un resfriado.
Al salirme, mi ropa luchaba contra mí, estaba realmente pesada.
Santiago tomo mi teléfono y mi sweater, yo tome mis sandalias.
-¿Se te apeteció meterte o qué? Me pregunto.
Cuando le iba a contestar, me interrumpió y me dijo:
-Te está llamando un tal Alexander.
Tome el teléfono, vi la pantalla y tranque.
-No preguntare porque le acabas de trancar, ya que no me incumbe. Me dijo.
Le mostré una sonrisa algo hipócrita, toque el botón del ascensor y llego de inmediato.
Llegamos a mi departamento y le dije:
-Siéntete como en tu casa, ya vengo, tomare una ducha rápida.
Mientras estaba en la regadera oía algunos ruidos en la cocina, me apresure en salir y vestirme, cosa que odie más que a nada, ya que el agua estaba a mi gusto, caliente. Me puse un short, y una camisa que caía del lado derecho color gris.
Al bajar vi a Santiago con las dos tasas del viñedo Veroes, me dijo:
-Pensé que te gustaría un rico te de manzanilla.
Era sorprendente, pareciera que me conociera desde hace una eternidad.
Lo tome y le dije:
-Gracias, note que te sentiste como en tu casa.
-Jajá, ¿te puedo hacer una pregunta?
-Claro. Respondí
-¿El regalo que esta encima del mesón, te lo dio el muchacho que te estaba llamando? Me pregunto.
Estábamos realmente bien hasta que me hizo esa pregunta, -Ehm si fue el, ¿Por qué lo preguntas?
-¿El hizo algo malo? Si note que estabas llorando, y que por algo te metiste en la piscina a estas horas de la noche, también vi como se aguaron tus ojos al ver que estaba llamando. Respondió.
Algo me decía que Santiago parecía ser una buena persona aconsejando, así que le empecé a contar toda mi historia con Alexander, al terminar me dijo:
-Somos hombres entiéndelo, deberías disculparlo.
Otra vez me equivoque, Santiago no era para nada bueno dando consejos. No entiendo a que se refería el con que ''somos hombres'', yo soy mujer y no lo hago.
No quería continuar esa charla con el así que trate de cambiar el tema, cuando de pronto mi teléfono empezó a sonar y era Alexander nuevamente.
Santiago lo tomo y me dijo:
-Esta es la oportunidad de decirle que lo perdonas, y que quieres continuar en dar ese pasó para entrar en una relación.
Por un momento me quede en mi mundo pensando en las palabras de Santiago, pero de pronto recordé las palabras que salieron de la boca de Alexander... "Nos besamos". Voltee y mire directamente a los ojos de Santiago, calle por un minuto, sin darme cuenta empezaron a salir palabras de mi boca que yo no controlaba, le dije:
-Alguien que es capaz de hacerme tanto daño no merece una segunda oportunidad, todos cometemos errores pero si queremos a alguien como tanto decimos ¿por que me traicionaría de tal manera? No importa si es hombre o mujer, hasta que no me demuestre que esta arrepentido y que no lo volverá a hacer quizás haya una oportunidad para un nosotros pero, aun no. No confío en el. Mire el teléfono para trancar la llamada y luego subí la mirada para ver la cara de Santiago, se quedo impresionado y antes de que tuviera la oportunidad de decirme algo, alguien toco a mi puerta interrumpiendo el silencio que había entre nosotros...

3 comentarios:

  1. los extraños suelen ser las mejores personas no te juzgan no juzgan tu pasado solo quieren saber tu presente , y hoy en día es tan fácil dar un voto de confianza pero es muchísimo mas fácil quitarlo pobre alexander muchos han estado en su situación pero ahora quizás podremos saber el otro lado el que nunca conocimos el lado femenino.

    Cada vez que leo un capitulo me recuerda a que en algún momento pase por algo así y que por alguna extraña razón hoy en día parece una fabula

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  2. Cierto, esto no es un descargue para los hombres, NO, porque de esto no se trata este blog, es tan solo un punto de vista diferente, que muchos no ven, el femenino.

    Espero que a medidas de que vallas leyendo te sientas cada vez más identificado con este blog ;)

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  3. Son tan ciertas las plabras de MANUEL, Hema admiro tu forma de expresarte ya muy poca gente le interesa, felicitaciones sigue adelante ;)

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